Mi cuerpo guarda silencio,
Ante la amenaza de perderte,
Ante el peligro de perderme,
En mi inútil intento de retener,
Algo que no me pertenece,
Que nunca fue mío,
Sino que fue prestado en un juego,
Entre el tiempo y el destino…
El silencio de mi cuerpo,
Cada vez se hace más grande,
Y cada día sin ti es un día más,
Acompañada de mi soledad,
Un día más luchando con las canciones,
Los lugares, los gestos, las palabras,
Y todo aquello que me hace recordarte…
Este silencio de tu cuerpo y el mío,
Es mi condena, mi castigo y mi prisión,
Quien me atormenta y me angustia,
Al saber que no estás conmigo,
Y que quizás, estés con otra…
Este silencio es una amenaza a la pasión,
A la locura y al desenfreno,
Es una agonía para el alma,
Que empieza a sentirse desahuciada…
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