martes, 3 de diciembre de 2019

Cambios

Dicen que los cambios duelen, y en estos años de ausencia viví tantas experiencias que me hicieron cambiar...

Me casé y plop, de no hacer nada en casa de mi mamá pasé a intentar aprender a cocinar (al menos lo básico sin quemar el apartamento), y como era de suponerse en las primeras ocasiones sufrí de cortadas hasta con el rayador del queso, y ni mencionar una quemada con un sartén eléctrico que me obsequiaron.

Luego planeamos tener un bebé (con todo lo que ello conlleva) y nuevamente me tocó otro cambio con el embarazo... La alimentación, algo que fue difícil en su momento, mayormente cuando debías comer fuera de casa y la mayoría de las opciones eran "poco saludables" (no recomendada por la nutricionista), finalmente me hice super amiga del pollo asado y ese era mi menú cuando de comer fuera de trataba. Lo bueno fue que no subí tanto de peso y regresé rápidamente a mi peso normal después del parto.

10 meses después de tener a mi bebé se presentó la propuesta de otro cambio, arriesgado pero que brindaba una mejor estabilidad económica y la posibilidad para mí de compartir más tiempo con mi hijo... MUDARNOS de ciudad, y dijimos SI. Yo me puse feliz de poder ver crecer a mi hijo sin perderme de esos valiosos momentos que no pude estar con él por estar metida en una oficina (casi 6 meses en los que me perdí su primera gateada, sus carcajadas, etc porque llegaba del trabajo a dar seno y nuevamente a trabajar, y en la noche igual, seno y a dormir). 

En esta nueva ciudad me transformé. Dejé la ropa de oficina, los zapatos de tacón, los vestidos, la bisutería, y hasta el maquillaje. Hoy mi estilo es descomplicado, zapatos tenis o alpargatas, shorts y camisetas, cabello corto que no requiere de mucho cuidado (solo cortar 1 vez al mes), y ya muy poco uso maquillaje (solo ocasiones especiales).

Pero de todos estos cambios, no me arrepiento de ninguno, porque aunque ha sido difícil estar lejos de la familia, he podido estar al 100% con mi hijo y con mi esposo, y sobretodo conmigo misma.

De oruga pasé a ser una bella MARIPOSA...

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